La cueva de Cala Pi se encuentra ubicada en uno de los barrancos que forman el cauce excavado en la roca calcárea por un torrente que desemboca en una pequeña playa. La cueva constituye una de los numerosos abrigos rocosos que el proceso erosivo ha originado en las paredes de este cauce encajado.
Si bien a este monumento se le suele catalogar dentro de la categoría de dólmenes, esta cueva no es un dolmen propiamente dicho, aunque guarda características relacionadas con este tipo de construcción ya que, al igual que estos, es una cámara funeraria colectiva correspondiente a la corriente constructiva megalítica. Así, igual que los dólmenes, se puede considerar un sepulcro megalítico. Las características que la asemejan a los dólmenes son: aparejo de estilo megalítico, o sea, lajas planas verticales en el interior, relleno de piedra pequeña en la parte intermedia de la pared, y bloques mayores en su parte exterior. Además, delante de la cueva hay una explanada en forma de arco de círculo, posiblemente equivalente simbólico al círculo de piedras que rodean los dólmenes .
Pero la característica más singular de esta cueva es la losa perforada en la parte interior de su entrada: en Baleares, sólo la tienen los dólmenes y algunas navetas de enterramiento menorquinas.
Así pues, nos encontramos ante una cueva natural que muy probablemente fue agrandada artificialmente, de forma irregular, de poca profundidad (entre 5 y 7 metros) y con algo más de anchura (entre 11 y 12 metros). Esta dividida en dos longitudinalmente por una pared de roca en la que se abrió un acceso entre ambos ámbitos.
El acceso a la cueva es complicadísimo además de peligroso, sobre todo desde que se construyo un chalet en lo alto del barranco, justo por encima del yacimiento. Acceder a su interior es prácticamente imposible realizándose de una forma normal. Nos tendremos que conformar con visionar el yacimiento desde lo alto de la pared izquierda del barranco y mejor con unos prismáticos.