Al final de la calle Cas Quitxero, en Sant Jordi,, al realizar unas obras en un solar lleno de maleza y basura apareció un fragmento de muralla talayótica. Después de un tiempo de incertidumbre y no con poca polémica, finalmente, quedo preservado. Se construyó una promoción horizontal de casas a lo largo de la calle dejando un espacio libre para los restos de la muralla. Constreñido entre dos viviendas, cabe suponer que más restos talayóticos pueden haber quedado sepultados bajo la promoción inmobiliaria.
El yacimiento se encuentra en una situación ligeramente elevada, por lo que se puede deducir que su ubicación no es casual sino que responde a una planteamiento estratégico, como la mayoría de los yacimientos del pla de Sant Jordi.