Término municipal: Valldemossa. Fincas o caminos cercanos: Son Ferrandell y Son Oleza. Acceso: Se accede desde un botador al lado de una torre eléctrica de piedra, el acceso es libre pero nos encontramos en una propiedad privada por lo que debemos ser especialmente cuidadosos. Espacio para dejar vehículos en los aledaños. Tipo de yacimiento: Centro ceremonial con cuatro talayots, un túmulo y restos diversos. Interés: La alineación de los diversos noreste-suroeste de los diversos monumentos. Proyección: Con el fallecimiento del arqueólogo W.Waldren, las excavaciones e investigaciones en la zona se pararon, sólo cabe que las mismas se reanuden.
Nos encontramos ante un conjunto monumental que podría haber conformado un gran centro ceremonial. Debe su nombre «doble» a que, debido a su gran extensión, está repartido por los terrenos de dos grandes predios, Son Ferrandell y Son Oleza. Su característica principal son cuatro talayots circulares que forman una línea de nordeste a suroeste, con cierto parecido a la alineación de talayots del poblado de Capocorb Vell. Además, entre los abundantes restos se distingue un túmulo (dividido por la pared que separa los dos predios), así como algún posible santuario.
Estos monumentos están enclavados en la falda del Puig de Sa Moneda y, cerca de la cumbre de este monte, podemos encontrar otro túmulo y restos de muros protegiendo su cúspide. Entre los talayots nos encontramos abundantes construcciones, habitaciones, etc., más una «habitación» con forma de herradura y bases de columna que pudo tratarse de un santuario. Una teoría es que todas estas construcciones pueden formar parte del centro ceremonial en sí, con abundantes almacenes para comida y vino que se utilizarían durante las ceremonias.
Otra teoría defiende que muchas de estas construcciones pueden responder a la conversión del centro ceremonial en poblado en épocas tardías del talayótico, cuando las islas parecen haber sufrido una fuerte superpoblación pero, al menos en tiempos iniciales, se supone que este centro pertenecía al ámbito de un poblado cercano al santuario de Son Mas. Los escasos restos del poblado parecen encontrarse debajo de la posesión de este nombre, al lado de la carretera que desciende a la marina de Valldemossa.
A efectos de esta entrada, denominaremos los talayots 1, 2, 3 y 4 de nordeste a suroeste. El talayot 1 es el más espectacular, pues conserva su portal adintelado, su corredor y su cámara con la columna central. Fue construido a principios del primer milenio a.C., y posiblemente tenía un segundo piso, sostenido por una cubierta de lajas de piedra apoyadas en el perímetro y en la columna central -el mejor ejemplo de esto es el talayot de Hospitalet Vell-. Posteriormente, en el siglo VIII a.C., sufrió un incendio y su techo se derrumbó. Luego fue restaurado, pero en peores condiciones: su nuevo techo se hizo con ramas y barro, lo que apunta a la posible desaparición definitiva del segundo piso. El murete que une la columna central con la parte trasera de la cámara correspondería a esta época.
Cerca del talayot nos encontramos restos de numerosas paredes, que es la tónica general de este yacimiento. Unos 100 m. al sur del primer talayot, nos encontramos con el segundo, también excavado. Conserva varios tambores de su columna central, y su corredor, pero éste ha perdido su techo, y las paredes que quedan no son muy altas. Continuando hacia el sur, entre los restos de numerosas habitaciones, algunas de ellas excavadas, nos encontramos con el tercer talayot. Éste se encuentra relleno y es poco vistoso.
Finalmente, otro centenar de metros hacia el sur, nos encontramos con el talayot 4. Se conserva mejor que el talayot 3, pero peor que el 2, y también ha sido excavado. Al igual que el talayot 1, tiene un murete en la parte trasera de su cámara, que une la columna central con la pared. Tambien conserva el corredor pero, al igual que en el talayot 2, éste ha perdido su techumbre.
En la parte central del yacimiento, a medio camino entre el segundo y el tercer talayot, cabe destacar la presencia de un conjunto de estructuras absidales construidas con bloques regulares y bien alineados que posiblemente formarían parte de un santuario.
Su situación, en la falda del Puig de Sa Moneda, permitía el control y vigilancia de una ancha zona del valle de Valldemossa, terreno ideal para realizar actividades agrícolas y ganaderas. Además, el conjunto se encuentra muy bien camuflado en un bosque donde llama la atención la presencia de numerosos acebuches que deben ser olivos abandonados. Por eso podía haber sido utilizado tanto para controlar el territorio como con función defensiva. Lo más probable es que se tratara de una zona de edificios con significado ritual o de prestigio, más que de un poblado de habitación.