Conjunto basilical de Sa Carrotja

La mejor imagen que se puede obtener del baptisterio a pesar de la pésima protección que se ha realizado sobre el monumento. Esta imagen, sin barreras visuales, se ha podido realizar gracias a una foto realizada con un objetivo superangular pegado al cristal que lo protege

La basílica de sa Carrotja se encontraba situada en Porto Cristo, junto a un acantilado que dominaba el puerto natural. Su descubrimiento en 1908 y posterior excavación corrieron a cargo del arquitecto catalán J. Rubió i Bellver, quien contó con la colaboración del propietario de la finca J. Amer. La única planta de esta basílica fue destruida con la urbanización de la zona. Del conjunto únicamente se conserva el baptisterio, actualmente visible bajo un vidrio en la avenida Amer.
No es demasiado lo que se puede decir de este edificio a nivel arquitectónico y menos aún sobre la organización litúrgica. La basílica, orientada este-oeste, parece corresponder a una planta rectangular, de aproximadamente 23x10m, de tres naves separadas por cuatro columnas exentas y dos pilastras adosadas a la pared que hacen de medianera con el baptisterio.

El ámbito bautismal, situado a los pies del edificio de culto, parece estar formado, como Son Peretó, por la prolongación de los muros laterales de la basílica. Es especialmente difícil la reconstrucción de la cabecera a partir del plano que confecciono Rubió, quien la interpreta como una cabecera tripartita, con ábside cuadrangular flanqueado por dos cámaras. Rubió señala que estaba pavimentada con una especie de opus testaceum, irregular y pobre, en el lugar donde se encontraba el pilar de sostenimiento del ahora bien señalado. En los cuatro ángulos de este ábside, especialmente en los dos anteriores, hay ha señales de pilares. A ambos lados del edificio de culto – norte y sur- se observa en el plano el arranque de algunos muros perpendiculares que podrían corresponder en pórticos (sobre todo en el lado S) o en otros anexos. Al este, adosados ​​a la hipotética cabecera de la iglesia, se observan dos ámbitos con sepulcros, posiblemente cámaras funerarias.

Nada se sabe sobre los accesos al edificio eucarístico ni sobre la conexión entre éste y el baptisterio, ya que el muro de cierre por el oeste fue arrasado y en la medianera con la basílica no se encuentra ninguna señalada.

Fotografía de autor desconocido del archivo de Josep Mascaró i Pasarius, en el que se ve la basílica de Sa Carroja antes de su práctica desaparición (fotografía de autor desconocido, obtenida de “Las Basílicas Paleocristinas de las Islas Baleares” de Ferrán Lagarda Mata)

A los pies de la basílica se sitúa, en idéntica disposición en el de Son Peretó, el ámbito bautismal. La piscina, de tipología cruciforme, se encontraba en el centro de un recinto cuadrangular; su parte oeste fue destruida para la construcción de una vivienda del propietario. La piscina es similar a la menor de Son Peretó: un cubo excavado en el suelo, pero sobrelevantado en relación al pavimento, en forma de cruz, con brazos ligeramente desiguales, que se van estrechando hacia los extremos. Los del este-oeste, algo más largos, tienen dos escalones, y los del norte-sur sólo uno. Alrededor de la pila bautismal se conservan restos de superficie enlucida de cal.
Al problema de la interpretación de los restos se suma el de la cronología de el edificio, puesto que únicamente ha podido establecerse a partir de la tipología de la piscina bautismal, datada en el siglo VI.

Dimensiones

Longitud del aula (sin el ábside): 23 m.
Anchura máxima: 10 m.
Anchura de la nave central: 4,20 m.
Anchura de las naves laterales: 2,20 m.

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