CULTURA TALAYOTICA

Círculo Cartailhac

La cultura talayótica es la época más conocida de la prehistoria  de Mallorca y Menorca y uno de los periodos más interesantes y originales de todo el devenir histórico de las Islas Baleares. Su origen se corresponde con los inicios de la Edad del Hierro en el Mediterráneo occidental y con la presencia de navegantes orientales que llegan hasta Cadiz y Huelva.

El mundo talayótico se caracteriza por la existencia de un gran número de poblados amurallados y por la construcción de edificios turriformes, entre los que destacan los famosos talayots, que han dado nombre a este periódo histórico.
 
Por otra parte, en Ibiza y Formentera no se desarrolla nada parecido a la cultura talayótica. En estas islas dura más tiempo la cultura del bronce naviforme, que era probablemente la que existía en Ibiza a los inicios de la colonización fenicia.
 
 

PERIODO TALAYOTICO (900 – 500 aC)

La cultura talayótica surgió como una evolución del mundo naviforme provocado por un aumento de las relaciones con el exterior, un incremento considerable de la población y un conjunto de cambios económicos y sociales. Tampoco se puede dejar de lado que el inicio del talayótico se corresponde con el auge de la presencia colonial de los griegos y sobretodo de los fenicios.

Hay un momento clave también en torno al año 1200 aC y es la aparición en escena los llamados “pueblos del mar”. Se trata de un conjunto de distintas colectividades de procedencia todavía dudosa, que entran con gran empuje provocando una serie de migraciones en todo el Mediterráneo.  La aparición de la cultura talayótica esta relacionada con este acontecimiento pero ¿formaban parte de los “pueblos del mar”? ¿fue una de las comunidades desplazadas por éstos que tuvo que buscarse nuevo acomodo lejos de su patria?
Los poblados controlaban los recursos de una importante extensión de territorio. De él dependían otros asentamientos más pequeños situados estratégicamente. Todo el conjunto formaba una sola unidad política.
Desde la azotea de los talayots se gozaba de un amplio dominio visual que permitía controlar los movimientos de las personas y de los rebaños. También eran muy útiles para la defensa en caso de conflictos con otras unidades políticas que podían generarse por rivalidades en el acceso a los pastos y al agua.
Pero el uso principal de los talayots no fue sólo el defensivo, se utilizaban también como lugar de matanza y despiece de animales. Los trozos de carne eran repartidas allí mismo y consumidos posteriormente en las viviendas. Fue también el escenario de festejos comunitarios, estas celebraciones públicas fortalecían los lazos de solidaridad entre sus habitantes.

 

PERIODO POSTALAYOTICO (500 – 123 aC)
 
El periodo postalayótico se caracteriza por una extraordinaria influencia del mundo púnico, es decir, de las ciudades y territorios bajo la órbita de Cartago. Esta influencia es bastante evidente en Mallorca y en menor medida en Menorca.
Paralelamente a los primeros contactos con los fenicios, en el sigo VI aC, los talayots caen en desuso y ya no se construyen más. Tras siglos de funcionamiento la sociedad talayótica entró en crisis. Los mecanismos de solidaridad y apoyo mutuo se quebraron y ciertos grupos sociales comenzaron a controlar las relaciones laborales y el acceso a los recursos de los poblados. Se abrió una etapa de conflictos sociales durante las cuales la convivencia en muchos núcleos poblacionales dejó de ser posible. Como consecuencia, muchos poblados fueron destruidos y abandonados.

 

Representación de honderos baleáricos o foners baleàrics, mercenarios talayóticos que al principio combatieron al lado de los cartagineses y posteriormente de los romanos. Dibujo: Varela S.l.

En el período final, el impacto de la presencia púnica hubo de modificar hondamente aquella situación inmovilista que había durado casi 700 años. Los ebusitanos instalan factorías comerciales en islotes como Na guardis, desde donde comercian con las comunidades indígenas. Se adoptan nuevos sistemas de enterramiento, y los mercenarios -honderos baleáricos o foners baleàrics– que vuelven de las Guerras Púnicas traen consigo el testimonio de otros lugares y culturas. En este momento, la cultura balear entra en la Protohistoria.

 
En el año 123 a.C., y tomando como pretexto los ataques piratas que realizaban los balearicos contra los barcos romanos, una expedición militar desembarca en la isla de Mallorca. Con la conquista romana, se abandona la protohistoria y se entra en la órbita histórica.