Término municipal: Escorca. Fincas o caminos cercanos: Almallutx. Acceso: Difícil. El acceso es problemático en las épocas en que las aguas del embalse alcanzan cierta altura, porque para alcanzar las ruinas hay que atravesar por la finca de Almallutx y subir por un incómodo paso entre peñascos. Tipos de yacimientos: Estructuras de diversos tipos, principalmente talayóticas e islámicas. Interés: Las características geofisicas de la zona. Proyección: La zona es de un gran valor arqueológico pero la realización de trabajos al respecto se antojan muy difíciles por las subidas y bajadas del nivel de agua del embalse además de suponer un deterioro importante de las yacimientos.
El valle Almallutx en la Serra de Tramuntana, ha proporcionado un gran número de yacimientos y hallazgos de material arqueológico. Gran número de estos yacimientos se localizan debajo de las aguas del embalse del Gorg Blau, lo que supone la exposición del depósito arqueológico a unas condiciones ambientales extremas y por lo tanto a una lenta pero implacable destrucción.
Como ya se ha comentado, los yacimientos localizados en el valle de Almallutx, se encuentran en el corazón de la Serra de Tramuntana. El conjunto se ubica, mayormente, bajo las aguas del embalse del Gorg Blau, que inunda el valle, en una cota de unos 650 m de altura. Este lugar se encuentra completamente rodeado por varias sierras y picos que superan los 1000 m de altura. Geológicamente hablando, el entorno se caracteriza por ser una zona calcárea y rica en manantiales naturales que proporcionan agua durante todo el año, hecho que ha provocado el interés por el lugar desde la primera ocupación humana de la isla.
La gran diversidad de yacimientos supone una visión ininterrumpida de la ocupación del valle, que se inicia desde el calcolítico hasta la época actual. También hay que tener en cuenta la dificultad de definir las diversas fases culturales, ya que el reaprovechamiento continuo de estructuras de épocas anteriores -al igual que en otras zonas de la isla- es una práctica recurrente en este lugar.
En relación a la ocupación calcolítica (2000-1800 a.C.) se ha podido localizar un yacimiento funerario que, a partir del material cerámico, se podría ubicar en el calcolítico final. Otros hallazgos materiales encontrados en el fondo del valle podrían confirmar la presencia humana entorno al 2000 a.C.
En cuanto a la ocupación naviforme (1700 – 1000 a.C.) se han localizado lo que podrían ser los restos de algunos ábsides y algunos muros correspondientes a un conjunto de navetas. De uso funerario se han localizado dos lugares: un abrigo rocoso dentro del barranco donde nace el torrente del Gorg Balau y una cavidad sobre la font de sa Roca. En cuanto al abrigo rocoso, presenta un paramento de técnica ciclopea que cierra un pequeño ámbito funerario. El abrigo fue reaprovechado en época reciente y el sedimento arqueológico se vació y se formo una rosseguera donde abunda el material cerámico y restos humanos.
La ocupación talayótica (1000 – 123 a.C.) Aparte de los restos mas conocidos, esto son, el conjunto de santuarios, es destacable el gran volumen de restos de este período. La dispersión material e incluso arquitectónica en todo el entorno del valle es bastante considerable. La prospección entre las casas de Almallutx y la Font de Sa Roca ha dado como fruto la constatación de los restos de un gran recinto amurallado, que correspondería al perímetro de un poblado talayótico/postalayótico, que se ubica a unos 400 metros de los santuarios de Almallutx. Es visible un gran número de estructuras de dimensiones considerables. El perímetro presenta diferentes recintos, de los que debe destacarse el inferior por su superficie ancha. Todo indica que buena parte de este recinto fue distorsionado y reutilizado en la ocupación islámica del valle. Aparte de estructuras de hábitat y de defensa, se han podido localizar dos necrópolis.
Respecto a la ocupación romana (s. II a.C. – VII d.C.) los encontramos bien concentrados, hoy por hoy, en un área reducida. Aparece abundante cerámica sigilada, de paredes finas, fragmentos de náfora y de tégulas. Se puede observar un gran número de muros, muy bien alineados y trabajados, que también fueron reutilizados y modificados en época islámica. Todo esto hace sospechar que en el lugar había una villa.
En relación a la ocupación islámica (s. X – XIII) se ha podido delimitar la extensión del asentamiento en aproximadamente 160.000 metros cuadrados, así como los materiales que sus habitantes utilizaban en su vida diaria. Un peregrino musulmán que se dirigía hacia La Meca en el año 902 al que los vientos llevaron hasta las entonces desconocidas islas Baleares para los árabes. Informó al emir de Córdoba de su descubrimiento y este las tomó al asalto, las llamó Islas Orientales de Al-Ándalus. Luego se convirtieron en taifa independiente, en 1114 fueron ganadas por los almorávides y en 1203 por los almohades, hasta que la invasión de Jaime I de Aragón puso fin al dominio musulmán. Solo quedaron los supervivientes escondidos en la sierra Tramuntana, esto son, aproximadamente 3.000 pobladores.
Las investigaciones han permitido rescatar restos de una gran entramado urbano con las viviendas quemadas, una mezquita y su mihrab, un cementerio con restos humanos y numerosa cerámica de la época, incluidas las llaves de varias casas. Igualmente, se han rescatado rejas de arados, molinos manuales, cencerros y fusaloyas, las piedras circulares que se empleaban en los telares, además de un bacín decorado, con una inscripción que hace referencia a la buena suerte, y una gran tinaja. En ella se han detectado pólenes de azafrán, limón, olivo, lo que indica que fue utilizada para conservar alimentos. Se han hallado refugios y fortificaciones defensivas. La presencia de materiales de origen claramente urbano y de cierto lujo hace pensar que este lugar lo ocupó población de escala social alta.
De las 16 hectáreas del yacimiento, solo se ha excavado menos de un 1% a consecuencia de la subida del nivel de las aguas.
Debido a la acción del agua del pantano, y a la pérdida de sedimento que conlleva, gran parte de los yacimientos se está degradando. Por desgracia el santuario talayótico que queda dentro del agua, que está menos protegido, ha sufrido durante estos años un proceso de vaciado de la tierra que soporta las estructuras. Al vaciarse por debajo las piedras milenarias se desmoronan.
Esta entrada ha sido posible, principalmente, gracias a dos fuentes:
1.- «L’entorn arquelógic d´Almallutx» de Jaum Deyá y Pablo Galera. Premio 2023 de «Premis Serra de Tramuntana de recerca i investigació». Principalmente en lo referente a textos e imagen aerea.
2.- «El poblado de Almallutx» de Manuel Fernández-Miranda, Catalina Ensenyat y Bartomeu Ensenyat. En lo que hace referencia a planimetría y fotos antiguas del entorno.