Término municipal: Fornaliutx. Finca cercana: Son Torrella. Acceso: Se deja el vehículo en un lado a la salida del tunel de Monnaber desde donde accederemos a la finca de Son Torrella a través de un botador. Tipo de yacimiento: Cueva ceremonial. Interés: Lugar de culto del final del calcolítico con una probable continuidad hasta época islámica. Proyección: Parece que todas las acciones posibles a nivel de excavación ya están realizadas, sólo cabe acciones de conservación periódicas
La cueva de Son Torrella es una reducida cavidad formada en un sistema kárstico. En su entorno se localizan otras manifestaciones como grutas y simas. Está formada por un pequeño corredor de unos 7×3 metros que desemboca en una pequeña sala de unos 3×3 metros aproximadamente.
Se ubica en la falda de la Serra de Cúber, cresta montañosa de origen jurásico que separa el valle de Son Torrella con el Pla de Cúber. En una altura aproximada de 1.000 metros, se forma este pequeño valle aluvial comprendida entre las dos cordilleras, la de Cúber y la de Son Torrella, creando un largo valle/corredor de aproximadamente 1,5 km orientado hacia el noreste, que bascula en dirección oeste, formando una depresión conocida como Es Verger.
Nos encontramos con un valle que permite acceso a agua, suelos de pastos y tierras fértiles de cultivo o más bien así debía de ser hace medo siglo, cuando dichas tierras eran cultivadas con cereales, y se conocía popularmente el lugar como “El graner de la serra”, esto se debe a un suelo horizontal, rico en humus.
El clima en la zona es extremo, con elevadas temperaturas por la altitud en verano. En cambio, en invierno, es todo lo contrario, frío y nieve, agravado por el constante paso de corrientes de aire que incrementan esta sensación gélida.
Al tratarse de una zona elevada y extremadamente rocosa, y como se ha comentado con una climatología extrema, propicia una vegetación muy variada, en la llanura, bosque de encinas y juncos que denotan un sustrato húmedo, y en las zonas más escarpadas, pequeñas manchas de vegetación de garriga que aprovechan las grietas para arraigarse.
La cueva presenta un amplio dominio visual de todo el valle ya que se encuentra situado en un lugar estratégico de paso. Controla los accesos desde el valle de Sóller (por el Verger, Portell de Sa Costa o por el peñón Chapat) y los accesos hacia el interior de la sierra de Tramuntana (paso de N’alí, paso en dirección al collado de l´Ofre o al Puig Mayor por el mismo valle).
Durante las excavaciones se localizó un hogar de fuego relacionados con fauna doméstica y cerámica así como huesos de ovicápridos, algunos con marcas de corte y pequeños fragmentos de cerámica de horizonte calcolítico, que han permitido datar la ocupación de la cueva entre el 2.140 – 1.890 a.C. con dataciones realizadas con C-14.
Se trataría, en definitiva, de un yacimiento único de carácter ritual que abarcaría desde el período calcolítico, época de mayor esplendor, y que tuvo ocupación hasta época romana. Esta cavidad abierta en la roca, no fue un lugar de habitación, sino de culto. Se trata de una cueva difícil para habitar, ya que es muy húmeda y en invierno se llena de agua.
Se descubrió abundancia de material que remarcaría esta dedicación a un culto que podría ser a la fecundidad, a la tierra, al ciclo de la vida; en este sentido, también debemos tener en cuenta la forma de la entrada, que asemeja a una vagina. Muchos huesos de animales, la mayoría de cabra, con unas marcas características que no son sólo de descarnación, sino de colgar parte del animal; cuchillos de sílex; elementos colgantes; botones de hueso, bolas de ocre o dientes de tiburón son parte de esos materiales hallados, junto a cerámica y losas, que también tiene dibujos figurativos incisos. De estos dibujos en las losas no se conocen paralelismos en Baleares.
Son varios los arqueólogos y personas que por propia iniciativa han excavado esta cueva: en los años cincuenta Bartomeu Ensenyat. Mas recientemente, a partir del año 2000 y durante 9 años de trabajos en la cueva y sus alrededores, un grupo dirigido por Jaume Deyà Miro y Josep Ensenyat Alcover.
Esta publicación ha sido posible gracias a las rutas arqueológicas organizadas por Jaume Deyà y Joan Carles Palos bajo la iniciativa cultural de conocimiento del patrimonio balear «fita a fita»