Término municipal: Isla de Cabrera. Fincas o caminos cercanos: Puerto de Cabrera. Acceso: El acceso se realiza mediante barco, en verano, a través de alguna de las empresas que organizan viajes hasta la isla dese la Colonia de Sant Jordi. Interés: Con toda probabilidad una factoría de salazones de difícil datación Proyección: la factoría esta excavada y musealizada pero el resto de la isla todavía tiene mucho por descubrir
El yacimiento arqueológico del Pla de Ses Figueres se encuentra en el fondo del puerto de Cabrera. Empieza justo en la orilla del mar y tiene una dispersión de cerámicas de los siglos V a VII d.C. que ocupa unas 10 hectáreas. Ocupa una zona mayoritariamente plana cruzada por el lecho de un torrente. En esta zona y en sus alrededores es donde se encuentran las superficies más importantes de tierras aptas para siembra de toda la isla. Durante la época clásica el archipiélago de Cabrera fue un lugar importante en las rutas de comercio marítimo por su situación geográfica, las buenas condiciones de su puerto natural y la existencia de agua potable.
Excavaciones arqueológicas han puesto al descubierto una serie de cubetas excavadas en la roca natural y recubiertas de signinum. Se cree que estas cubetas conformaban una factoría de salazones, pero no se ha podido precisar con que producto o productos se realizaban, ya que sufrieron modificaciones por ocupaciones posteriores, principalmente por la de prisioneros franceses del ejército de Napoleón. La factoría funcionó durante un tiempo impreciso entre los siglos II y VII d.C. y pudo estar relacionada con la comunidad monástica que habitó en la isla.
Se conocen un total de tres cubetas, perfectamente alineadas, localizadas a unos tres metros de la costa. Estos depósitos constan de tres grandes agujeros excavados en la roca, de planta cuadrangular con los extremos redondeados. Las medidas de estos orificios rondan lo 2,30 m de largo, 1,80 m de ancho, y conservan una altura máxima de 1,12 m. Por los restos de muros que recrecen las paredes de los agujeros se deduce que estas cubetas habrían sido todavía más altas. Las tres presentan un revestimiento interno de opus signinum de muy buena calidad, de hasta 6 cm de grosor, y que en los ángulos de la parte inferior conforma un cordón hidráulico de entre 5 a 10 cm de alto. Junto a estas cubetas también se han descubierto restos de un muro junto al cual había un derrumbe de tejas. Por tanto, todo indica que allí habría habido una habitación cubierta, que podía haber servido como almacén o lugar de trabajo.
Actualizado 06/09/2021