Figurita de bronce de Imhotep

La figurita de Imhotep, tal como se puede observar hoy en día, tras una vitrina en el Museo de Menorca

Procedencia: Recinto de taula de Torre d’en Galmés (Alaior)
Técnica y materiales: Fundición de bronce en molde
Medidas: 15 cm de alto (18 cm con pivote)
Cultura: Antiguo Egipto / Talayótico final
Datación: Producción s. VII – IV a.C.

En el año 1974 un grupo de arqueólogos, dirigidos por Guillermo Rossello Bordoy estaban excavando en el recinto de Taula del poblado talayótico menorquín de Torre d’en Galmés cuando en un rincón de la estructura, llevaron a cabo un hallazgo excepcional: una figurita de bronce que resultó ser la representación del dios egipcio Imhotep. Junto a éste, aparecieron un pequeño grupo de objetos asociados que constaba de dos pequeñas lancetas, también de bronce, y una urna cuadrangular de piedra arenisca. Este conjunto se encontró ligeramente desplazado, dentro de un recinto de Taula, espacio reservado para el culto.


La estatuilla se trata de un ejemplo concreto de una tipología de escultura egipcia típica de la Baja Época. Se encuentran muchos ejemplos similares, en diferentes museos del mundo como pueden ser el British Museum o el Louvre. Sin embargo, se trata de colecciones de las que o no se sabe la procedencia original de las estatuillas, o provienen de Egipto, más concretamente de Saqqara. Es justamente el hecho de que se trate del único ejemplo claramente documentado en su contexto arqueológico fuera de Egipto, lo que da más relevancia al Imhotep hallado en Menorca.

«La figurita objeto del presente estudio se halló in situ entre la urna y el muro del recinto, tal como indica la fotografía. Desplazada ligeramente, con la cabeza apoyada en el muro, … Al proceder a la limpieza del sector mediante escobilla, se apreció la existencia de un objeto duro, de forma rectangular, con una serie de incisiones paralelas en disposición vertical. El descubrimiento de la figurita en su integridad se debió a un gesto brusco que hizo que la figurita saltara a las manos del excavador. Desde el primer momento la sorpresa cundió entre todos los excavadores y obreros que se hallaban en el yacimiento, por lo insólito del hallazgo y la imposibilidad, en aquel instante, de definir lo encontrado»

De la publicación «Imhotep, hijo de Ptah» Guillermo Rosselló Bordoy, Ramón Sánchez-Cuenca y Pedro de Montaner Alonso.

Estas figuritas cumplían una función claramente de culto, que se puede observar en todos los casos documentados tanto en Egipto como, en este caso, en Menorca. Esta función queda ilustrada en las inscripciones que presentan algunas figuras en su peana y que hacen referencia al donante, quien muchas veces aparece con sus títulos personales, lo que hace suponer que éstos eran personas con alto poder adquisitivo. El hecho de ser elementos mayoritariamente de bronce y de manufactura de calidad bastante elevada, también hace patente el alto estatus de los donantes, ya que cualquiera no podía permitirse obsequiar un objeto de éstas características.

La figura de bronce de Imhotep encontrada en Torre d’en Galmés tiene una altura de unos 15 cm. Su conservación en general es bastante buena aunque se aprecia una fractura en la parte del frente ocasionada como consecuencia del golpe de picoteado por el arqueólogo en el momento del hallazgo de la pieza. El objeto es de factura claramente egipcia, lo que se puede deducir gracias a la observación y comparación de la misma con los cientos de ejemplos provenientes de la meseta de Giza. Se trata de una figura antropomorfa en posición sentada con las piernas juntas, la cabeza está levantada con la vista al frente y el tronco recto, los brazos se encuentran pegados al cuerpo quedando las manos a ambos lados de las rodillas sujetando un papiro medio desplegado sobre los muslos, el cual presenta una inscripción.

Imhotep, hijo de Ptah, nacido de Kheeranshi
(traducción del texto del pergamino que sostiene la figurita)

Imhotep era una divinidad muy relacionada con el dios Ptah, quien se consideraba su padre, por eso su representación presenta muchas similitudes en la propia representación del dios. Un ejemplo de este hecho es el casquillo liso que lleva en la cabeza, representado mediante una fina línea incisa que le recorre la frente hasta la nuca dejando libres las orejas.

Los rasgos faciales son bastante finos y en los ojos se puede observar la incrustación de dos pequeñas láminas de pan de oro que representa el blanco del ojo, lo que demuestra una vez más la buena calidad de la pieza. Como vestimenta, representada también mediante incisiones en el bronce, destaca el faldellín largo y plisado que comienza por debajo del ombligo con una especie de cinturón desde el que nace la prenda que cubre desde la cintura hasta los tobillos. Finalmente lleva como calzado unas sandalias sencillas consistentes en dos tiras finas, una que se abrocha en los tobillos y la otra que recorre el empeine hasta la ranura entre el dedo gordo y el índice.

Hay que hacer mención del pívote vertical de unos 3 cm de largo que nace de la planta de los pies. Presenta cuatro caras rectangulares y tendría como función facilitar el encaje del Imhotep sobre algún tipo de soporte, como un trono o una silla, sobre el que iría colocado.

Señalización donde fueron halladas la urna de arenisca y la figurita de Imhotep

Por sus características estilísticas, se ha propuesto que la figurita fue fabricada entre los siglos VII y VI aC (Época Saita), cronología que hace referencia al momento de fabricación de la estatuilla en Egipto y que no tiene por qué coincidir con el momento de su llegada a Menorca, fecha que no se puede especificar debido a que no se realizó ningún tipo de datación del contexto arqueológico en su momento, pero que probablemente no se remontaría a época tan antigua si tenemos en cuenta el intervalo de uso de los recintos de Taula.

Hipótesis de como llego la figura de Imhotep al recinto de Taula de Torre d´en Galmes

  1. Hipótesis del intercambio comercial

Esta figura debería haber llegado al sitio por medio de un intercambio comercial realizado entre los griegos y los talayóticos. Es evidente que este tipo de intercambio era muy común durante la protohistoria menorquina, tanto con los comerciantes griegos como con los fenicio-púnicos.

A partir del s. VII aC en Menorca se toma control de los intercambios comerciales por parte de la sociedad talayótica, lo que provoca una aceleración de cambios en la sociedad y en la economía indígena creándose y convirtiéndose en una necesidad, el consumo de bienes de prestigio. Esto provocaría que se consolidaran clases dominantes apareciendo en ese momento la estratificación social. Algún representante de esta clase, como consumidor de bienes de prestigio, habría adquirido la figurita de Imhotep como tal.

2. Hipótesis del «médico»

Una persona extranjera, posiblemente un médico egipcio, habría llegado a recalar en esta tierra tan lejana. Así de entrada, una afirmación de estas características puede parecer muy apresurada, pero podemos aportar una serie de razones que dan pie, como mínimo, a pensar en la viabilidad de la misma. sólo se centra en dar una solución a la llegada de la figura al poblado sin profundizar en un detalle evidente: Imhotep no estaba colocado dentro de ninguna de las casas talayóticas, sino dentro del santuario, un lugar muy concreto y especial, acompañado de una serie de objetos conformando un conjunto que no puede ser casual.

Por lo que se refiere a este conjunto de objetos asociados, las dos lancetas pueden interpretarse como dos utensilios quirúrgicos (algún tipo de bisturí) y el fregadero de piedra representa un elemento muy importante dentro del culto dedicado a Imhotep que llevaban a cabo los egipcios antiguos en la propia Saqqara, ya que el rito principal documentado implicaba la realización de una serie de libaciones.

Las dos lancetas halladas junto con la figurita de Imhotep que se podrían interpretar como utensilios quirúrgicos

Si simplemente se tratara de un bien de prestigio, no tendría mucho sentido encontrar la figurita dentro del santuario. Es interesante pensar, pues, que la persona responsable del conjunto sabía lo que estaba haciendo y conocía el culto al dios. Resulta casi obvio que el elemento protagonista del conjunto es la figura de Imhotep como médico, por eso se puede pensar que si no había nadie en Torre d’en Galmés que conociera el verdadero significado de la deidad de primera mano, los comerciantes que llevaron la estatuilla a la isla transmitieron a los indígenas este conocimiento.

Se trata de un hallazgo excepcional en muchos sentidos. Ya de por sí es interesante encontrar una estatuilla egipcia fuera de su lugar de origen. Lo que realmente es relevante es que se trata del único ejemplo documentado de una estatuilla de Imhotep fuera de Egipto dentro de un contexto arqueológico muy concreto, y esto no puede tener una explicación tan sencilla como la de un simple intercambio comercial.

Es bastante interesante también el hecho de que se encontrara situado en un espacio arrinconado del recinto de Taula y no en un lugar destacado, dando a entender claramente cuál es el elemento más importante del recinto: la Taula central. Si se tratara de un elemento relacionado con el culto principal al que iba dedicado el recinto, bien podría haberlo depositado a los pies de la Taula, pero no fue el caso. De esta forma podría ser que una persona, digamos, el médico extranjero, tomara de alguna forma “prestado” un rincón del santuario por una sencilla razón: era el recinto sagrado del poblado y como tal, su dios debía estar allí también. Si esta persona se hubiera creado una reputación en el poblado, la gente indígena le podría haber permitido, cumpliendo así un doble objetivo: su integración en una nueva sociedad con una cultura diferente que no era la suya, sin renunciar completamente a sus propias creencias religiosas en un proceso simbiótico, consiguiendo así un equilibrio.

Se trata de un hallazgo excepcional en muchos sentidos. Ya de por sí es interesante encontrar una estatuilla egipcia fuera de su lugar de origen, aunque relativamente común si tenemos en cuenta el vasto comercio que se realizaba durante aquella época por el Mediterráneo. Lo que realmente es relevante es que se trata del único ejemplo documentado actualmente de una estatuilla de Imhotep fuera de Egipto dentro de un contexto arqueológico muy concreto, y esto no podría tener una explicación tan sencilla como la de un simple intercambio comercial.

Ubicación sobre plano del lugar donde se halló la figurita de Imhotep

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