Término municipal: Santa Margalida. Fincas o caminos cercanos: Son Real. Acceso: libre y gratuito todo el año. Espacio para dejar vehículos al lado de las casas de la finca. Tipo de yacimiento: Variedad de yacimientos. Interés: En una sola finca encontramos yacimientos de tres épocas distintas. Proyección: En la actualidad la actividad principal, en cuanto a excavaciones, está centrada en la zona de la necrópolis, pero no es descartable encontrar más yacimientos en el futuro
La finca pública de Son Real se encuentra entre los núcleos poblacionales de Can Picafort y Son Serra de Marina que pertenecen al municipio de Santa Margalida en la isla de Mallorca. Esta delimitada por el torrente de Son Bauló, en la zona oriental y por el torrente d´es Revellar, en su parte occidental. Tiene algo más de 1.000 hectareas de las que 395 es de uso público y esta declarada como Área Natural de Especial Interés. Es un espacio situado entre dos mundos: el mundo marino y el mundo terrestre; un espacio delimitado y intrínsecamente Mediterráneo.
En la mayor parte de la finca se llevan a cabo tareas de carácter agrícola y ganadera. Se trata de una finca muy extensa donde encontramos también bosques típicamente mediterráneos. Pero Son Real es más que una finca agropecuaria, dispone de una riqueza natural y arqueológica extraordinaria.
Son Real es una gran muestra de la historia de la isla de Mallorca. Por toda la finca se encuentran diferentes estructuras arqueológicas que a lo largo de milenios han contribuido a conformar lo que al día de hoy el paisaje de Son Real. Se pueden localizar restos de un dolmen, un taller de sílex, cuevas de enterramiento, navetas, restos de un posible talayot, un santuario balear, necrópolis, restos romanos, , torres de vigía, paredes secas, refugios, posesiones, búnquers, fortines militares y torres de enfilamiento construidas para la realización de ejercicios submarinos en la bahía de Alcudia durante la postguerra. Nos centraremos en el periodo comprendido entre la prehistoria y las primeras culturas históricas.
Las primeras poblaciones
En Mallorca, los primeros grupos humanos llegaron a la Sierra de Tramuntana y en la costa del término municipal de Manacor, para después ir expandiendose por el resto de la isla. De estas primeras poblaciones no se tiene constancía, al día de hoy, de asentamientos en la finca de Son Real. Por otra parte la finca debía de ser una zona inundable.
El periodo Dolménico
En el periodo Dolménico es cuando tenemos las primeras evidencias de la ocupación humana en el área de Son Real, ya que la finca conserva los restos de hipogeos y de un dolmen que, juntamente con los dólmenes de S´Aigua Dolça (Artá) y Son Bauló de Dalt (Santa Margalida), son las únicas manifestaciones funerarias que hay de este periodo en la isla. Todas localizadas en la bahía de Alcudia. Estas formas de enterramiento, indican que llego una segunda oleada de colonos a la isla.
Los dólmenes insulares son de cámara simple y de corredor con la excepción del dolmen de Ca na Costa, en Formentera, único en el mundo que dispone de un muro de triple paramento.
Estos pobladores eran agricultores y ganaderos que vivían en pequeños grupos de cabañas, de las que no se conservan restos. El paradigma de que las mejores construcciones se reservan para los muertos en detrimento de los vivos.
La situación geográfica de estas estructuras puede explicarse por la influencia que podría haber tenido Menorca sobre Mallorca, donde sí que hay más y variados testimonios de este tipo de enterramientos e hipogeos.
El dolmen de Son Real se encuentra ubicado en el límite que separa el sistema dunar del pinar de Son Real de la primera línea de costa. Se trataba de una estructura de enterramiento sin finalizar. Es probable que el dolmen fuese derruido ya en época talayótica para reutilizar sus materiales en la construcción de la necrópolis o en la construcción del poblado talayótico no localizado.
En cuanto al hipogeo, la reutilización continuada y la falta de materiales no permiten establecer una cronología exacta de su uso y abandono. Pero de acuerdo con los paralelismos constructivos hallados en Menorca y otros lugares de Mallorca, se puede apuntar que el hipogeo de Son Real se construyó a finales del tercer milenio o a principios del segundo. Como sucede en otras tumbas colectivas del mismo tipo, estas cuevas artificiales se abandonaron en el periodo talayótico para ser utilizadas en el periodo balear, de nuevo como espacios de enterramiento.
El periodo Naviforme y de transición al Talayótico
En Son hay varios vestigios del periodo naviforme. Uno de ellos es un taller de sílex al aire libre asociado a restos cerámicos de la misma etapa.
También se encuentran restos de varias navetas. Las más destacadas son las de es Figueral, que no se han de confundir con el yacimiento protalayotico del mismo nombre. Junto con otros restos se encuentran muy cerca de las actuales casas de la posesión.
Del periodo de transición al talayótico esta el yacimiento de Es Figueral de Son Real localizado muy cerca de las casas de Son Real y de la carretera que comunica Artá con Can Picafort, la construcción de la citada carretera afectó ostensiblemente estos restos. Actualmente se conservan los restos de un túmulo escalonado, las diversas navetas y otros restos de edificaciones y muros.
Unos tiempos que posiblemente no introdujeron cambios en el tipo de economía de subsistencia practicada hasta, pero sí que comenzaban a introducirse cambios en la organización social y en la cosmovisión de las sociedades.
El periodo talayótico en Son Real
En la finca se encuentran unas pocas estructuras de la época talayótica, como son los restos de un talayot cuadrado que formaría parte de un poblado, encima del cual se construyeron las actuales casas de la posesión.
Destacar la presencia de un segundo poblado, el de Es Revellar, ubicado al otro lado de la carretera que delimita la finca pero vinculado al de Son Real.
Al parecer, los pobladores de estos dos núcleos, debieron construir y compartir la Necrópolis de Son Real.
El periodo Postalayótico
De este periodo cabe destacar en la finca la existencia de tres yacimientos estrechamente relacionados: el Santuraio de sa Punta des Patró, la Necrópolis de s´Illot des Porros y la Necrópolis de Son Real. A los dos primeros les afectó una galerna del año 2.001, que sepultó el primero y destruyó el segundo. El tercer yacimiento esta ampliamente excavado por sucesivas campañas casi anuales.
El yacimiento más destacado de la finca de Son Real, es sin lugar a dudas, la Necrópolis de Son Real, también conocido como la Punta de los Fenicios. Tiene tres fases o periodos de construcción y uso, con más de 400 individuos enterrados y de 130 tumbas documentadas.
El primer periodo data del siglo VII a.C., se encuentra en la parte sur y la forman toda una serie de tumbas en forma de microtalayots, circulares o cuadrados, acompañados de dos tumbas monumentales de forma cuadrangular. En estas primeras tumbas se enterraban las élites dirigentes de los poblados cercanos a la zona. El ajuar esta asociado a los muertos y esta formado por objetos y recipientes de uso diario.
La segunda fase de la necrópolis la forman un conjunto de micronavetas que rodean el cementerio más antiguo y comprende el periodo entre los siglos VI y V a.C. En cuanto al ajuar se incorporan objetos de manufactura púnica además del local. Es la época en la están los tres yacimientos más interrelacionados.
La última fase de construcción de tumbas se constata a partir del siglo IV a.C y dura hasta el siglo II a.C. La construcción de las tumbas es de menor calidad aunque no su ajuar en el que se puede encontrar armamento de bronce y hierro así como joyas de pasta de vidrio.
Periodos históricos
Durante el periodo romano no se encuentran estructuras que evidencien una ocupación de la finca, al igual que en los periodos tardoantiguo e islámico. Probablemente los pobladores ocuparon las edificaciones provenientes de las épocas anteriores, como suele suceder en la mayoría de los asentamientos de las Islas Baleares.
Visitar la Finca de Son Real equivale a dar un paseo por la historia de Mallorca. Desde la llegada de los primeros pobladores hasta finales del siglo XX. El entorno paisajístico y el arqueológico están íntimamente relacionados. Pero lo mejor de todo es que es una finca pública -adquirida en gran parte con los fondos de la ecotasa- a disposición de todos en cualquier época del año.