La preparación de alimentos requería todo un conjunto de conocimientos, toma de decisiones, infraestructuras y utensilios. En la mayoría de los poblados prehistóricos, una de las áreas más significativas en la que se desarrollan estos procesos de producción y preparación del alimento son las de procesado del cereal mediante la molienda.
Este trabajo era extenuante y requería de un enorme esfuerzo y tiempo para su realización. Resultaba imprescindible ya que, aunque los cereales son básicos en la dieta de las poblaciones prehistóricas, no pueden ser consumidos sin algún tipo de transformación. La realización continuada de este trabajo, que debió hacerse de forma diaria, se refleja en la aparición de lesiones en los codos, las rodillas, la región lumbar y los dedos de los pies y son las mujeres las que las presentan en mayor medida, con lo que probablemente fueron ellas quienes la realizaron.
Se pueden diferenciar por su funcionamiento dos tipos de molinos: uno más simple, el denominado molino de mano o portatil, constituido por una piedra fija, en forma de quilla de barco, y otra superior más pequeña, con la que se ejercía un movimiento de “vaiven” para moler el grano; el segundo tipo es circular, denominado rotatorio, constituido por dos piedras acopladas (engranadas por un eje central de hierro o madera).
El molino de mano lineal o vaiven, el habitual en Mallorca y Menorca, era un instrumento de piedra diseñado para moler una pequeña cantidad de granos de cereal y convertirlos en sémola o harina. Solían ser de pequeño peso, y constaba al menos de dos piezas. Una encima dela otra, estando la inferior fija. Su pequeño tamaño permitía que pudiera operarse a mano. la parte móvil se desliza por una especie de canal o vía, moliendo el grano con el peso del cuerpo. Estos primitivos molinos se dedicaban a moler el cereal y reducirlo a sémola más fácil de digerir. Su uso está íntimamente unido al uso culinario, origen de las primeras gachas, así como al origen de la elaboración del pan. Las partes móviles de este tipo de molino son extraordinariamente abundantes en los poblados talayóticos y postalayóticos menorquines, donde se reutilizaron, muchas veces como elementos constructivos (en muros, pavimentos y hogares de fuego). Las materias primeras que se utilizaron en la confección de estos útiles son diferentes tipos de rocas sedimentarias. En el caso de los ejemplares procedentes de Menorca, predominan las arenosas y los microconglomerados.