Término municipal: Alaior. Fincas o caminos cercanos: Carretera de Sant Climent a Cala en Porter. Acceso: libre y gratuito todo el año. El aparcamiento se encuentra aun kilómetro del yacimiento Se puede dejar en parking de tierra próximo a la finca. Tipo de yacimiento: Necrópolis. Interés: Numerosos hipogeos funerarios de distintos tipos Proyección: Sólo cabe una protección eficiente frente a la turistificación.
La mayoría de los restos arqueológicos que encontramos en las Islas Baleares no sólo muestran unas primeras ocupaciones durante la prehistoria, parece lógico que en momentos posteriores estos lugares fueran ocupados por distintas civilizaciones o culturas, ya sea bien para aprovechar las estructuras existentes, ya sea para seguir aprovechando una geografía favorable o por pura estrategia de los enclaves.
De esta manera, por el enclave de Calescoves, además de encontrar evidencias de las culturas Naviforme y Talayótica, también encontramos evidencias de ocupación de épocas clásicas como pueden ser púnicos y romanos.
Veamos, entonces, estas fases posteriores compartidas de ocupación:
La Cova de Els Jurats
Situándonos al principio de la Cala de Binedris, giramos a la derecha bordeando el agua, enseguida vemos un estrecho y empinado sendero que finaliza en la cueva de Els Jurats, llamada también La Iglesia.
Las excavaciones llevadas a cabo en esta cueva natural retocada han permitido determinar que, a diferencia del resto de las cuevas de Calescoves, todas ellas de enterramiento, ésta funcionó como santuario, distinguiéndose dos fases diferentes en su uso. La primera se corresponde con el periodo Talayótico Final, convirtiéndose en el primer santuario rupestre documentado en la cultura talayótica, tanto menorquina como mallorquina.
Probablemente los restos de huesos de animales con marcas de despiece y cocinado, los cuencos cerámicos, los restos de ánforas vinarias y la gran cantidad de carbones que se recuperaron son el resultado de un ritual en el que se consumió carne y vino y donde el fuego tenía un carácter simbólico. Por otro lado, apuntan a que la misma morfología de la cueva recuerda a la de un recinto de taula.
Ya en época romana, el lugar sigue funcionando como santuario, aunque con un ritual totalmente diferente, al que se asocian las inscripciones descubiertas a la entrada de la cueva y datadas entre los siglos II y III de nuestra era, que se pueden ver al sur de la entrada la cueva. Son inscripciones anuales que celebran la fundación de Roma el «XI kal (endas) Maias», el 21 de abril para nosotros.
Los encajes
Se sigue bordeando el mar en dirección a Cala de Son Domingo y nos encontramos con un abrigo conocido como Es Coberxo Blanc, y a la izquierda, una serie de plataformas rocosas que se escalonan hacia el mar. Sobre ellas podremos ver unos rebajes cuadrangulares tallados en la roca. Pudieron ser encajes para figuras de bronce que los marineros colocaban para pedir o agradecer la protección de los dioses.
Calescoves como fondeadero
Debemos tener en cuenta que Calescoves fue un fondeadero importante entre los siglos III y I a.C. Aquí recalaban las embarcaciones de paso para aprovisionarse de agua, así como las que pretendían comerciar con los habitantes de la isla. Prueba de estos contactos comerciales son los numerosos contenedores cerámicos que permanecen bajo el agua.
En la primera fase de uso de este fondeadero, a partir del siglo IV a.C., la procedencia de los materiales tanto es de la zona sur de la península itálica, es decir, de comercio griego. Otro grupo importante de materiales son claramente itálicos, especialmente presentes por cerámicas de barniz negro. Destaca el grupo de materiales púnicos, en principio de la isla de Ibiza, una potencia mercantil del momento, aunque también se han inventariado piezas del norte de África. La forma más repetida de estos últimos materiales son boles, cuencos y platos de pescado, acompañados por ánforas. Estas piezas confirman cómo en un porcentaje muy elevado esa es su procedencia, ebusitana. Nada extraño, dada la cantidad de bienes producidos en esa factoría presentes no sólo en los yacimientos subacuáticos de la isla, es aún más densa su recuperación en yacimientos terrestres. Es decir, el suministrador de muchos de los bienes consumidos por los habitantes de Menorca, en esas fechas, tiene una procedencia ebusitana. En el fondeadero se recupero también cerámica talayótica.
Otra serie de materiales recuperados en el fondeadero de Calescoves son los vinculados al mundo romano republicano, a partir del siglo III a.C. hasta la época de Augusto, con una procedencia que los vincula geográficamente a la península itálica. A partir del cambio de Era los materiales presentes en Calescoves son cada vez más escasos.
La cala de Son Domingo
Tras superar la punta que separa las dos calas y caminando por un sendero hacia el norte, nos iremos encontrando sucesivamente con cuevas del tipo III, una de ellas abierta pero con desprendimientos. Iremos ascendiendo por el sendero hasta encontrarnos en un rellano elevado donde se localiza un mirador natural sobre el barranco. Dirigiendo la mirada al oeste, dejando el mar a la izquierda, se puede ver al otro lado del barranco un grueso muro que rodea la punta oeste de la cala. Es la muralla prehistórica que cierra el saliente rocoso de Es Castellet de Calescoves, en cuyo interior queda un pozo horadado en la roca con una empinada escalera para llegar al agua. Estos reductos fortificados se relacionan con la navegación de cabotaje y serían referencias necesarias para que los marineros pudieran orientarse al recorrer la costa.