El poblado talayótico de So na Caçana es el único del que se tiene conocimiento que tenga más de un recinto de taula. Hay dos excavados y posiblemente haya un tercero. Además nos encontramos con dos talayots con una estructura fuera de lo normal en este tipo de construcciones por lo que este yacimiento se le ha llegado a considerar como un santuario.
Por otra parte no deja de ser un poblado, porque hay casas, dos círculos postalayóticos bien visibles y restos de algunos otros escondidos entre la vegetación y las paredes secas. A los alrededores también se encuentran un gran número de hipogeos funerarios.
El gran talayot en la parte alta es como la de cualquier talayot pero la base es cuadrangular y presenta una serie de muros adosados. Una prospección electromagnética dejo entrever una cámara en su interior.
A la izquierda de la fachada del talayot, se adosa una construcción que contiene los restos de un horno circular que podría haber estado vinculado a la actividad de algún taller. Estuvo en uso alrededor del 750 a.C. y fue reutilizado en época romana.
Bordeando los restos, llegaremos a la entrada de un círculo postalayótico, a la izquierda, por debajo del muro de la fachada, aparece otro que rodea la casa postalayótica por detrás. Nos encontramos ante los restos un edificio utilizado aproximadamente entre el 1200 y el 800 a.C.
Cuando salimos de la casa, girando hacia la derecha, veremos el denominado recinto de taula oeste. En la fachada, a la izquierda de la entrada, veremos una combinación de tres piedras con una disposición peculiar: una piedra redondeada sobre otra estrecha y larga, colocada horizontalmente, que a su vez se sitúa sobre el vértice de una losa vertical de tendencia triangular. Algunos investigadores ven en este conjunto el signo de Tanit, la diosa púnica de la fertilidad. De este recinto destaca la gran cantidad de nichos que hay en las paredes y el hecho de que la pilastra central de la taula tuviera un refuerzo posterior.
Saliendo del recinto y girando primero hacia el sur y después ligeramente hacia poniente, hasta tener delante un hipogeo funerario, muy anterior a la construcción a la construcción de las estructuras que lo rodean, nos encontraremos con unas estructuras sin escavar en el que se podría localizar un tercer recinto de taula y un talayot de dimensiones más reducidas que el anterior, así como los restos de un círculo que podría conservarse en su totalidad.
De vuelta, a la altura del círculo postalayótico, nos desviamos hacia el sureste para acceder al interior del segundo recinto de taula excavado. Nada más entrar, nos encontraremos a ambos lados, unas piedras redondeadas con posible carácter simbólico. Enfrente encontraremos la pilastra rota de lo que fue la taula y, a sus pies, la piedra capitel. Se sabe que el recinto fue alterado y reutilizado en época romana, cuando se construyeron las habitaciones que se le adosan por detrás, una de ellas con el suelo enlosado.