Término municipal: Montuiri. Fincas o caminos cercanos: Finca de Sabor. Acceso: Si bien es de fácil acceso, se debe pedir permiso a la propiedad para la visita, en cualquier caso siempre se podrá visualizar la colina en su entorno paisajístico. Tipo de yacimiento: Poblado talayótico. Interés: Quizás el punto de interés sea observar la estupenda planimetría realizada y a partir de esta y sobre el terreno, imaginar o plantearse como debía de ser el poblado. Proyección: La proyección de este yacimiento es infinita ya que nunca se han realizado excavaciones arqueológicas.
Este yacimiento, conocido de antiguo, ha sido tratado en los inventarios y catálogos anteriores muy superficialmente, casi de pasada. José Mascaró Pasarius lo recogió en sus “Monumentos Prehistóricos y Protohistóricos de la isla de Mallorca” indicando que se trataba de “restos prehistóricos de insegura clasificación por su ruinoso estado o por hallarse ocultos por piedras amontonadas posteriormente, tierra, vegetación espesa, edificios modernos, etc.”, diciendo en cuanto a su estado de conservación, que era: “muy malo, sólo puede identificarse por la presencia de algunas piedras de su hilada basamental o bien presenta un montón disforme de piedras, por lo que su reconstrucción es imposible, aunque en algunos casos puede hacerse el levantamiento planimétrico”
Así pues, en los años 2.007 y 2.008, efectivamente, se realizó un levantamiento planimétrico realizado por Antonio Encinas y José Francisco Argente que ha permitido dimensionar y conocer la posible proyección de este poblado talayótico
El resultado es el que tienen en el plano adjunto: cinco talayots en el perímetro de la “Pleta de Sabor” y uno más en la ladera izquierda del camino de entrada a las casas de Sabor, que no figura en este plano.
Una primera aproximación parece evidenciarnos que nos hallamos ante un poblado, asentado en una colina fortificada, -Pleta de Sabor- que debía extenderse hacía las casas actuales de Sabor, ya que además de los talayots, se aprecian abundantes edificaciones adosadas, así como restos de muros ciclópeos de cierre en todo el perímetro. La cerámica en superficie es muy abundante.
Al parecer el poblado abarcaba una gran superficie, probablemente mayor que el de su vecino de Son Fornés. En los alrededores de la colina hay muros y muretes de construcción moderna que delimitan carreteras, caminos y accesos que evidencian el uso de materiales provenientes del poblado.