Término municipal: Sant Josep de Sa Talaia. Fincas o caminos cercanos: Carretera Cala D´Hort. Acceso: Camino de tierra a partir de la carretera, pequeño parking, parcialmente musealizado. Tipo de yacimiento: Villa romana de origen púnico. Interés: Se trata del único establecimiento rural púnico/romano que ha sido excavado de forma integral. Proyección: Muy bien conservado, supongo que a poco que se explore se podrían encontrar más restos en la zona
Estamos ante un núcleo que conoció una larga existencia, y que de este modo viene a sintetizar gran parte de la historia antigua de Ibiza. Desde los primeros tiempos púnicos (V-IV a.C.) hasta el siglo VII d.C.
El yacimiento se encuentra en un enclave privilegiado, entre las pequeñas elevaciones pinosas que llegan a la costa, y con un horizonte presidido por la silueta de es Vedrá. Es ineludible la visita conjunta con la necrópolis púnica que se encuentra muy cercana, en el mismo camino.
Se trata de una gran vivienda rural púnico-romana, con una superficie de 900 m2. La villa rural fue la unidad principal de hábitat y actividad económica. De la primera etapa púnica (V-IV a.C.) no han aparecido más que fragmentos de cerámica. Fue en época más tardía (III-II a.C.) cuando se levantaron algunas de las estructuras que perdurarían con el paso de los siglos, como los muros sobre los que se apoyó después la cisterna. En ese momento de prosperidad, villas como ésta se extendían por todo el campo de la isla.
Estas pequeñas haciendas combinaban la agricultura con la ganadería. La cercanía de Cala D´Hort, que entonces ya sería utilizada como fondeadero, facilitaba a los habitantes un recurso adicional gracias a la pesca. Algunos objetos y artefactos hallados en las excavaciones indican que los agricultores púnicos elaboraban aceite y vino, plantaban grano y cuidaban rebaños de ovejas, cabras y cerdos.
Este modelo cambió poco con la entrada de Ibiza en la órbita romana. En ese momento (I-III d.C.) la villa se amplia y adquiere la estructura que hoy podemos contemplar. Todas estancias se disponen alrededor de un gran patrio central, de casi 275 m2. Al lado de la entrada existe una dependencia para los carros, y se construye la cisterna de más de 4 m de profundidad, que todavía constituye el elementos más espectacular del conjunto. Se han identificado también una sala para el prensado de aceite, almacenes, cocinas y varias habitaciones.
La ausencia de tejas permite que podamos imaginar esta villa como las actuales casas rurales ibicencas, de formas cúbica y a base de diversos cuerpos adosados alrededor del patio central.
La villa aumentó su producción durante el periodo romano imperial, con la elaboración de vino, aceite y cerámica. Con el paso del tiempo, sólo la ganadería seguirá teniendo importancia, ya que decrece la elaboración de aceite y vino, a la par que mengua el número de habitantes.
Cuando los tiempos comienzan a ponerse difíciles, entre los siglos III y IV, aparecen signos de clara decadencia. Deja de utilizarse una parte del edificio, hay señales de destrucción violenta que podrían corresponder a las incursiones vándalas. La vivienda queda abandonada, mientras el campo se despuebla a causa de la inseguridad reinante.
La villa volvería a ser ocupada alrededor del año 550, convirtiéndose el patio central en un porche delantero y con signos de precariedad como el hecho de que el pavimento romano se utilice como relleno de construcción y la cisterna como vertedero. El núcleo de Ses Païsses de Cala d´Hort fue abandonado definitivamente en el siglo VII.