Término municipal: Sant Antoni de Portmany. Fincas o caminos cercanos: Hotel rural Can Pujolet. Acceso: Pasado un kilómetro el hotel dejaremos el vehículo para a continuación caminar dos kilómetros aproximadamente. Tipo de yacimiento: De difícil catalogación, debido a los pocos restos encontrados, sobre todo de cerámica. Interés: Lugar estratégico de control del entorno. Proyección: El estado de abandono es evidente, carteles señalizadores tumbados, parece que no requiere más excavaciones pero si una buena limpieza periódica de matorral.
Nos encontramos con los restos de una gran muralla que cerraba el acceso al promontorio de Aubarca desde tierra, a unos doscientos noventa metros de altitud. En su extremo occidental, se levantan todavía las bases de dos torres integradas en el muro defensivo.
A principios del siglo XX esta construcción todavía alcanzaba casi los tres metros de altura, pero se fue desmontando para aprovechar las piedras en la construcción de bancales. A pesar de ello, todavía hoy resultan un monumento impresionante. El paño de muralla tiene más de un metro de altura por casi dos de grosor. La longitud del recinto pudo alcanzar los 200 m y la muralla está construida con piedra calcárea de la zona, a base de bloques irregulares trabados con mortero de cal.
La Torre más occidental se arrima al borde del acantilado. Esta construcción tiene una planta oval irregular, con un eje longitudinal de 7,30 metros. Unos cincuenta metros más hacia levante encontramos la segunda torre, menos espectacular y de características similares.
La interpretación de este monumento es un auténtico enigma. No se ha encontrado más cerámica unos pequeños fragmentos de época bizantina. Con lo cual no se puede encuadrar el conjunto en una época concreta, aunque queda claro que no sirvió de recinto de habitación. Dado que en los alrededores no se conoce ningún núcleo habitado de importancia, cabe suponer que esta muralla constituía una especie de reducto en el lugar más inexpugnable de la isla, construido quizás por varias colectividades, puesto que para su defensa se necesitaba un número considerable de personas. Lo más plausible sería relacionar las Torres d´en Lluc con uno de los momentos difíciles que se vivieron en Ibiza entre los tiempos bajoimperiales y la ocupación musulmana.