Nos encontramos ante un buen ejemplo de las cuevas sepulcrales pretalayóticas que también podemos encontrar en Son Sunyer o Cala Sant Vicenç, con una planta compleja y elementos típicos descritos a continuación.
Frente a su entrada se puede contemplar una zanja recta, de 3,5 metros de largo por 0,80 de profundidad, que transcurre perpendicular a la entrada, cuya función se desconoce pero que probablemente correspondía a algún tipo de estructura exterior.
Acceso a la cueva |
El corredor esta formado por una escalera de tres peldaños al aire libre que seguramente estaba cubierta por losas. El portal de la cámara mide 0,80 por 0,70 metros.
Una vez en la cámara, encontramos un banco lateral dividido por secciones de unos 0,80 metros, delimitadas por brazos salientes transversales. Su función pudo consistir en la colocación de los cadáveres y las ofrendas. En el lado sur del banco se divisa un pilón que sobrepasa la altura del banco corrido.
En el plano de la cueva podemos observar el acceso previo exterior y el final en ábside del corredor. En el corte del eje C-D podemos observar la hornacina para ofrendas |
En la pared de la derecha podemos contemplar la única hornacina circular, utilizada posiblemente para colocar ofrendas.
Como es habitual en este tipo de cavidades acaba en forma de ábside.
No existe constancia de hallazgos de cerámica ni restos humanos, debido a que, como en otros muchos casos parecidos, esta cavidad fue reaprovechada ya desde la antigüedad.
Su situación en una zona urbana y el que la barrera no este cerrada con candado provoca que se acumule basura con bastante frecuencia. Sería interesante que las autoridades tomasen las medidas oportunas.