Las obras de construcción del Hospital de Son Espases tuvieron como consecuencia el descubrimiento inesperado de una importante zona arqueológica. Se trataba de unas estructuras de los primeros momentos de la incorporación de Mallorca al mundo romano, ya que data en torno al año 123 a.C., coincidiendo con la conquista de la isla efectuada por parte del cónsul Quinto Cecilio Metelo.
Nos encontramos ante restos de barracones de un campamento con presencia de militares (entre los cuales también había soldados de caballería), depósitos con cerámicas, objetos y cenizas que dan fé de ceremonias propiciatorias, gran cantidad de ánforas de vino y sacrificios de animales.
El citado campamento ocupaba una superficie de unos 2.800 m2 organizado, principalmente, en un asentamiento de estructuras octogonales regulares, dispuesto alrededor de una plaza o espacio abierto con la presencia de largos pasadizos. Esta disposición de las estructuras demuestran que estamos delante de la materialización de un proyecto planificado.
Otra razón, que nos hace suponer el uso militar del yacimiento, es desde el punto de vista territorial. El asentamiento se ubica tierra adentro, aunque con un buen dominio visual de toda la bahía de Palma, una decisión que se puede interpretar como la voluntad de controlar toda la isla.
El yacimiento de Son Espases tiene también, un alto componente ritual en contraposición a los restos defensivos y de ocupación. Todos los establecimientos romanos, tanto de larga duración como de corta, requerían comenzar con un ritual fundacional.
Durante los trabajos arqueológicos del yacimiento se localizaron hasta 169 depósitos de objetos (en especial cerámicas), ubicados en pequeñas excavaciones abiertas en la roca natural, de poca profundidad, que podían llegar a los 160 m2, pero la gran mayoría de los mismos no llegaba a los 10 m2. Podían indicar algún aspecto religioso, ritual o festivo y no una actividad cotidiana.
Finalizada la excavación, los restos del campamento fueron trasladados desde su ubicación original a un nuevo emplazamiento en el mismo recinto hospitalario al lado de las casas viejas de Son Espases.
En la recolocación se mantuvo la orientación de las estructuras, las dimensiones y las proporciones, además de mantener características constructivas como son el uso de ánforas como desagües o recipientes adosados a bancos de trabajo.
Otra de las sorpresas del yacimiento de Son Espases fue el inesperado descubrimiento de restos estructurales de un asentamiento del talayotico final de Mallorca, Son Cabrer, un posible santuario.