Término municipal: Maó. Lugares cercanos: A medio camino del Camí de Torelló. Acceso: muy fácil, se puede dejar el coche en el aparcamiento habilitado para la visita de la basílica del mismo nombre. Tipo de yacimiento: Templo paleocristiano. Interés: Los mosaicos del suelo del templo están muy bien conservados y son increiblemente bellos. Proyección: Poco más se puede hacer después de la estructura que lo cubre para poder disfrutar de los mosaicos in-situ
Esta basílica paleocristiana fue descubierta por un labrador, Toni Cardona, es Pagès d’es Fornàs, y entonces la arqueóloga Maria Lluïsa Serra lo estudió. Actualmente está protegida por un techado y una tela metálica para evitar su deterioro, sobre todo sus preciosos mosaicos que se encontraban al aire libre. Fue construida entre los siglos V y VI d.C., en la época de Justiniano I, emperador romano de oriente que quería reconstruir el Imperio Romano. Sus medidas, aproximadas, son 24 m de largo por 10 m de ancho.
La basílica es una nave única orientada de este a oeste y en ella se encuentra un mosaico romano que ocupa prácticamente toda su superficie, fragmentado en tres tapices de distintos temas de la época. En el norte se conserva una pica bautismal semiesférica, construida con piedra y mortero con un revestimiento que la impermeabiliza.
Hay tres espacios diferenciados:
- El abside rectangular con la base de un altar, rodeado por los racimos de uvas y que tiene como tema central una crátera y dos pavos reales. Los racimos de uvas representan la vida, mientras que los pavos reales que están enfrentados representan la resurrección.
- Entre la nave y la cabecera, dos leones enfrentados a una palmera. Éstos se han interpretado como una reminiscencia de la tradición judía, que en aquellos momentos tenían mucha importancia en Mahón. Los leones representan el poder de la muerte, y la palmera el árbol de la vida.
- La nave para los fieles presenta figuras geométricas y representaciones de aves en clara referencia al paraíso.
El resto de las estructuras arquitectónicas de la basílica, si bien son importantes para entender la estructura de este tipo de edificios, son débiles y han llegado hasta nuestros días bastante deterioradas.
Nota: No es fácil fotografiar la basílica de Fornàs de Torrelló: la tela metálica que lo protege exige utilizar lentes pequeñas, similares a la de un teléfono móvil, con lo que se requiere también sensores pequeños y por consiguiente definiciones críticas.
La estructura de protección cuenta con una pequeña ventanilla en uno de los extremos por la que se puede apreciar mejor el conjunto sin la molesta rejilla.